El propionato de testosterona es un éster de testosterona con un tiempo de acción significativamente menor, como por ejemplo el enantato y el cipionato de testosterona: solo se ha informado de un efecto de uno a dos días. Los consumidores de dopaje afirman que, en comparación con los ésteres de testosterona de acción más prolongada, el inicio de los efectos es muy rápido, lo que se manifiesta después de dos días de un efecto de bombeo significativamente más fuerte, un aumento de la energía de entrenamiento, la fuerza y un aumento del apetito. Además, no causa una retención significativa de agua en el cuerpo.
 Los efectos secundarios del uso de propionato de testosterona son significativamente menores y menos frecuentes que con las formas de testosterona de depósito, pero con el uso prolongado o el abuso de dosis más altas, sigue existiendo el riesgo de acné masivo, caída del cabello, crecimiento de vello corporal y engrosamiento de la voz. El riesgo de desarrollar ginecomastia, a pesar de la ligera aromatización de la fórmula, se considera mínimo, al igual que sus efectos tóxicos sobre el hígado.

 Beneficios del culturismo :
 La información disponible sugiere que nuevamente existen algunas posibilidades de abuso por parte de los culturistas. O bien se combina con ésteres de testosterona de depósito (enantato, cipionato) al comienzo del ciclo, donde garantiza una acción inmediata hasta la aparición de formas de depósito, o bien se abusa durante todo el ciclo junto con otros agentes anabólicos y androgénicos. Los más comunes son la oximetolona, la metandienona, el estanozolol, la oxandrolona, así como las formas inyectables, especialmente en la preparación para la competencia. Independientemente del tipo de abuso, se mencionan dosis que van desde 25 a 100 mg cada dos días.
 También me enteré de que algunos atletas de fuerza consumían propionato de testosterona en dosis altas el día anterior a la competición. El propionato de testosterona se utiliza muy a menudo como agente puente entre la competición y el final del período de preparación, durante el cual los esteroides anabólicos androgénicos eran fácilmente identificables mediante pruebas de dopaje. Si se administraban dosis adecuadas y si el propionato se dispensaba con suficiente tiempo antes del día del posible control de dopaje, el riesgo de superar la relación límite testosterona/epitestosterona era mínimo.